Kylie, Malala y otras influencias

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La semana pasada salió la lista anual de la revista Times de los 30 adolescentes más influyentes del 2015. Como todos los años, la lista levanta pasiones y opiniones divididas en la gente. El debate más intenso en los foros de internet, se ha desatado desde 2014, entre los fanáticos y detractores de Kylie Jenner y los defensores de Malala Yousafzai. Ambas jóvenes han estado en la lista de los adolescentes más influyentes, tanto en 2014 como en 2015. Times ha recibido una ola de críticas del público, porque según ellos en una falta de respeto mezclar a Malala y a Kylie, cuando aunque su edad es la misma, sus reconocimientos y labores, no pueden ser más distintos uno del otro. Estoy de acuerdo, pero les doy un punto a los defensores y uno a los detractores.

Kylie, acaba de cumplir sus 18 años y fácilmente es considerada la adolescente más seguida en el mundo. La hemos visto crecer frente a las camaras de E! en el reality show de su familia, Keeping Up with the Kardashians. Y de una chica tímida con labios finísimos, se convirtió en una bombshell con unos labios más grande que los míos, orgullosamente naturales valga la aclaración. La menor de las Jenner, comenzó a ganar interés mediático por situaciones un tanto polémicas como por rellenar sus labios con inyecciones, por recibir un Ferrari en su cumpleaños y por su controversial relación con el rapero Tyga, 8 años mayor que ella y con un hijo. Al ganar notoriedad, creó una línea de ropa con su hermana y lanzó una de las aplicaciones mas populares del 2015, The Kylie Jenner app. Ciertamente, Kylie no es el perfecto ejemplo a seguir para las chicas de su generación, pero hay una diferencia muy amplia entre ser una inspiración y ser influyente a otros. Aunque los términos pueden entrelazarse, no hay duda alguna de que ella es influyente. Tan influyente que pasa de los 40 millones de seguidores en Instagram.

(Photo by Jon Kopaloff/FilmMagic)
Kylie Jenner (Photo by Jon Kopaloff/FilmMagic)

Por otro lado, tenemos a Malala Yousafzai, a quien admiro profundamente por su valentía y sabiduría, que representan mucho más que sus tiernos 18 años. La historia de Malala es de absoluta inspiración. Sus comienzos en pro de la educación en su natal Pakistán, se dieron cuando comenzo a escribir como bloggera para la BBC. Allí relataba las experiencias de las niñas pakistaníes y como los líderes talibanes les robaban el derecho a la educación por el simple hecho de llevar una falda. Para 2008, los grupos talibanes habían bombardeado mas de cien escuelas para mujeres. Ya para inicios del 2010, Malala era una figura reconocida como defensora de la educación para niñas. En 2011, el mismísimo Desmond Tutu la nominó para el International Children’s Peace Prize, y se convirtió así en la primera mujer pakistaní en ser nominada. Aunque perdió el galardón, su perfil público generó todo el interés cuando el mismo año le otorgaron el National Youth Peace Prize. El 9 de octubre de 2012, la vida de Malala cambió. Un talibán la atacó al salir de la escuela, lanzándole una bala a su cabeza, que terminó alojada en su hombro. Su pronóstico era reservado, a pesar de que los doctores en el hospital militar en el que fue atendida, pudieron remover la bala exitosamente. Luego de tres meses recluida, Malala fue dada de alta y en marzo 2013 continuó sus estudios en Inglaterra, en donde actualmente reside con su familia.

Dos años despues del atentado, Malala obtuvo el Premio Nobel de la Paz 2014. Lo recibió a sus 17 años y ostenta el récord de la persona más joven en obtenerlo. Es la segunda persona de Pakistán en recibir un Premio Nobel, el otro fue Abdus Salam, que recibió en 1979 el Nobel de Física. Malala ha hecho cosas increíbles para su edad. Dio un discurso en la asamblea general de la Naciones Unidas en pro de las niñas secuestradas por Boko Haram, lanzó su campaña #BooksNotBullets, para motivar a los gobiernos a invertir más en educación y menos en armas, y también ha recibido el apoyo de Barack Obama y Angelina Jolie. Su más reciente logro, fue el pasado mes de julio, cuando abrió una escuela en Líbano para refugiados sirios. Impresionante resume, ¿no?.

 (AP Photo/Muhammed Muheisen)
Malala Yousafzai (AP Photo/Muhammed Muheisen)

Por todo lo que expuse anteriormente, me parece injusto, compararlas o atacarlas, cuando son tan distintas una de la otra. No representan los mismos adjetivos. No luchan por las mismas ideas. Una creció en una comunidad afluente en Los Ángeles, la otra sobrevivía a la vida cotidiana en un país oriental. No quiero ser hipócrita. Sigo a Kylie y disfruto de su sentido de la moda, siempre admiro a los que como ella viven sin ataduras y en un mundo lleno de ideales tan disparejos, prefieren mantenerse siendo ellos mismos. Y el que dirán, poco les afecta. Malala, por su parte no me inspira superficialmente, sino que su historia se empeña en recordarme que hay cosas más valiosas que decidir cual labial debo comprarme o cuáles tacones debo agregar a mi colección. Y también su lucha por la educación, me hace recordar lo agradecida que estoy de haber crecido en un país con libertad educativa, en donde me crié rodeada de libros y libretas. Los actos de mujeres como Malala hay que celebrarlos, recordarle a los demás a levantarse por sus opiniones y compartir el ejemplo de lo que una mujer inspiracional es. Como bien dicen, la belleza física desvanece, pero el interior no se arruga mientras el tiempo pasa.

En la lista de Times también aparece Kendall Jenner, la hermana mayor de Kylie, quien ha construido una sólida carrera en el mundo de la moda. Aunque su estatus público debió ayudarla en un campo tan difícil como lo es el modelaje internacional, aplaudo a Kendall por hacer una carrera independiente y triunfar sin necesidad de prostituir su apellido o el de sus famosas hermanas. Es la cara de Estée Lauder, Calvin Klein y Fendi, y ha modelado para Chanel, Balmain y Marc Jacobs. ¡Fantástico!

Zendaya, también aparece en la lista. Celebro a esta chica por convertirse en un ejemplo positivo para otros jóvenes, especialmente para aquellos que han sufrido discrimen racial. En un momento dado, sacó las agallas y se defendió de la presentadora Giuliana Rancic, cuando esta dijo que sus rastas debían apestar a marihuana, convirtió el momento en positivo, y se ganó la admiración y el apoyo de millones de personas. Y hasta Mattel terminó creando su Barbie personal, con el vestido que usó en los Oscars en la noche del suceso.

(Photo by David Livingston/Getty Images)
Zendaya (Photo by David Livingston/Getty Images)

Por otro lado, Moziah Bridges de tan sólo 13 años, tiene su propia compañía de lazos, Mo’s Bows, y ya hasta suplió los lazos que usaron los jugadores para el draft de la NBA 2015. Y que me dicen de Rowan Blanchard, a sus 14 años se ha ganado mi respeto y no precisamente por interpretar a Riley en Girl Meets World. Rowan escribió un ensayo que se volvió viral sobre la importancia del feminismo interseccional, que fue alabado hasta por la actriz y activista Emma Watson. Y no solo eso, sino que hasta ha dado discursos en las Naciones Unidas sobre la desigualdad de género en la adolescencia. ¡Bravo Rowan!

En los deportes tenemos a Chloe Kim, que a sus 15 años se ha convertido en la persona más joven en ganar oro en los Juegos de Invierno, con su deporte el snowboard. Y Lydia Ko, la golfista neozelandesa, que le ha roto récords a nada más y nada menos que Tiger Woods. Ko, ostenta el récord de la ganadora más joven en un torneo de golf para mujeres y aspira a jugar en las Olimpiadas de Río 2016, cuando el golf, regrese al ruedo olímpico. También hace la lista, Katie Ledecky, que a sus 18 años la comparan con Michael Phelps, pues tiene el récord en tres eventos libres de natación. A sus 15 años, Ledecky ya logró ser campeona olímpica, cuando ganó oro en los 800 metros en Londres 2012.

(Photo by Stuart Franklin/Getty Images)
Lydia Ko (Photo by Stuart Franklin/Getty Images)

Hay otros en el listado, que sin proponérselo, se han encargado de inspirar a millones alrededor del mundo. Como es el caso de Ahmed Mohamed, el chico que arrestaron y humillaron públicamente, cuando su maestra, mostrando un grado superior de ignorancia, lo reportó a los autoridades en Texas por llevar un reloj hecho en casa a la escuela, el que ella consideró que podía ser una bomba doméstica. El caso de Mohamed dio la vuelta al mundo, y se hicieron alegaciones de discrimen racial e Islamofobia. El joven, originario de Sudán, fue invitado hasta por el Presidente Obama a Casa Blanca, y posteriormente se mudó a Catar con su familia, tras recibir una beca completa, y en donde no tendra que lidiar con el resentimiento social de algunos occidentales.

Al igual que Ahmed, otra que se ha encargado de inspirar es Jazz Jennings. Nació varón, pero desde los cinco años es transgénero y actualmente a sus 15, es felizmente identificada como mujer. Además de ser activista para los derechos de la comunidad LGBTT, es tambien co-fundadora de TransKids Purple Rainbow Foundation, cuya misión es asistir y apoyar a jóvenes transgénero. Jazz llevó su historia a la pantalla chica, cuando documentó su vida diaria en su docu-serie «I Am Jazz», y hasta fue contratada por Clean & Clear, para la publicidad de sus productos dermatológicos. Jazz es el perfecto ejemplo de que tu felicidad la construyes tu mismo.

Hay otros más radicales como Joshua Wong, que a sus recién cumplidos 19 años, ya es un importante líder en su natal Hong Kong. Es el fundador del organismo de activistas, Scholarism, que defiende la democracia de su país. Wong, lideró en 2014 una de las protestas masivas más grandes en Hong Kong y ha sido arrestado por desobediencia civil. Me recuerda a muchos universitarios puertorriqueños que fueron arrestados y acusados de «pelús y marihuaneros», en la pasada huelga de la UPR, bajo el gobierno de Luis Fortuño. Wong quiere servir de ejemplo en la defensa de ideales.

En el caso de Amandla Stenberg, muchos la conocen por el papel de Rue en The Hunger Games. Pero a sus 17 años, es activista en pro de los derechos de los afroamericanos. Realizó un vídeo titulado Don’t Cash Crop my Cornrows, que se volvió viral al criticar como las celebridades se apropian de la cultura negra en sus modas, pero no contribuyen a ese sector de la sociedad. Y también conocemos a Olivia Hallisey, que se llevó los grandes honores en la Feria Científica de Google 2015, por su proyecto, un nuevo método de detectar el virus del ébola sin que se requiera de refrigeración o electricidad. Este método podría ayudar grandemente a las áreas rurales de Africa, en donde la epidemia ha pegado fuerte y los recursos básicos escasean.

Todos estos adolescentes que mencioné tienen un increíble poder de convocatoria. Han sabido poner los ojos del mundo sobre sus rostros, y a su manera, se han encargado de inspirar y de influir a una generación actual, tan propensa a seguir modas y a caer vulnerables a las presiones sociales. Admiro a cada uno de ellos por tener la valentía de mantenerse siendo seres individuales, con gustos y personalidad propias. Todos ellos tienen entre 13 y 19 años, a esa edad las personas comienzan a encontrarse a ellos mismos. Pasan por la etapa de cuestionar todo, de descubrir gustos, de forjar personalidades, de decidir quién eres y qué quieres. No es fácil, pero los 30 individuos en este listado han demostrado ser sabios mas alla de sus años.

(Photo by Jim Spellman/WireImage)
Kendall Jenner (Photo by Jim Spellman/WireImage)

La sociedad nos presiona a ser perfectos, haciendo hincapié en tantos aspectos banales. Como cualquier joven, he tenido la noción de que tengo que lucir de tal manera o que debo seguir tal moda para encajar con los demás. Todos podemos declararnos culpables de caer en ese juego. Pero también me he preocupado por cultivar mi paz interior y trabajar en mis metas. Por eso defiendo a Malala, a Kylie, a Kendall, a Zendaya, a Ahmed, a Rowan, a Jazz, a Lydia, y a otros que no mencioné individualmente como Malia Obama o Ariel Winter. Cada uno plasma una huella a su modo, aunque la sociedad los acepte o los critique. Cada uno ha encontrado su pasión y la ha trabajado para sobresalir en su campo: Malala en la política, Kendall en la moda, Lydia en los deportes, Ahmed en la ciencia y Olivia en la salud. Para aportar a la sociedad e influir en otros, no todos tenemos que ver las cosas desde el mismo punto de vista, ni tenemos que servir desde el mismo asiento, con escoger una vocación digna y sacarle el jugo, habremos logrado el cometido.

Me parece que en vez de juzgar, aplaudamos la causa y la diversidad en cada uno de ellos. Independientemente de como nos inspiren o nos influyan, han tenido la capacidad de realizarse a una edad temprana, y son el vivo ejemplo de que para ver resultados, hay que fijarse la meta y trabajarla. ¡Bien por ellos!

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